sábado, 24 de octubre de 2015

HAZ LO QUE SEA PARA QUE NO PAREZCA AMOR


Haz que no parezca Amor.
Que es lo que se lleva ahora.
Duelen tantas tripas en nombre de la libertad.
Tú dices libre y yo digo cobarde.
Cobarde todo aquel que no es capaz de comprometerse con el instante.
Cobarde todo aquel que no esté presente cuando el otro está desnudo y vulnerable.
Cobarde todo aquel que puso un límite desde el principio.
Yo es que no quiero nada serio.
Como si no fuera lo suficientemente serio estar dentro físicamente de otro ser humano.
Yo es que no creo en las etiquetas.
Como si ponerle nombre a las cosas fuera algo malo.
Yo es que busco pasar el rato.
Como si la vida fuera para siempre.
Hay algo tan neurótico en nuestra manera actual de relacionarnos.
Tan irrespetuoso con la vida. Tan impaciente.
Y queremos más: más picante, más gorda, más grandes, más altos, más guapas, más fuertes, más delgadas.
Nos aburrimos porque no nos soportamos a nosotros mismos.
Porque no queremos que nadie nos conozca.
Porque es más sencillo empezar de nuevo cada poco vendiendo nuestra mejor cara.
Porque es mucho más sencillo follar que limpiar lo follado.
Porque tenemos miedo a que en el fondo seamos un auténtico fraude.
A que cuando el otro arañe un poco vea que no hay nada.
Nada serio.
Y aquí seguimos rascando, cambiando cromos repetidos, poniéndonos ropa interior cara para que otros se limpien los pies al entrar.
Haciendo del Amor una servidumbre de paso.
¿No sientes a veces que tú vales más que todo eso que haces?
Que tú eres un jodido milagro.
Con tus ojos que todavía pueden ver.
Con tu pies moviéndose para llevarte al lugar que quieras.
Con tu boca capaz de dar las gracias.
Con tu piel ocupando una plaza en el mundo.
¿No sientes a veces que tú te mereces más que lo poco que te dan?
Dos besos mal pegados.
Tres minutos entre las piernas.
Cinco embestidas.
Y un WhatsApp: No me agobies.
Lo más triste es que esta sociedad ha conseguido invertir los papeles.
Ahora si dices que sientes algo, estás loco.
Es muy pronto. Muy arriesgado. Poco inteligente.
Dime tú, cómo lo haces para no sentir algo cuando lo haces.
¿Cómo se finge la vida?
Cómo se hace para que nunca parezca Amor.
Y que simplemente parezca un accidente.
*Roy Galán*

lunes, 19 de octubre de 2015

En defensa de lo español.


El filósofo sueco Jan Berg, el primer transexual que tuvo voto en los Nobel, escribió: «La vida transcurre en ausencia de inexistencia». En la política española parece que la vida pasa sin pasar, inerte, muerta, como si desde la Transición todo hubiera sido un eterno esperar, la involución de lo esperado. Los dos bandos, los que sí y los que no, dileptan con la esperanza de que su huida hacia adelante sea eterna. Y entre tanto, los obreros, los que no poseemos los medios de producción, ustedes y yo, asistimos como forzados espectadores al circo de rotras que votamos cada cuatro años.
Vivimos obsesionados por definir nuestra democracia, una asignatura que tenemos pendiente desde hace un siglo, y eso que tuvimos 40 años suspendido el debate por obra y gracia del Caudillo. Lo dijo el ministro republicano Benigno Lema: «España tarda más en definirse que en asentarse». El país del eterno debate, del plebiscito permanente, del Milla o Redondo, del rojos y azules, aplesa en su seno la eterna duda catalana, y de aquellos polvos, estos lodos: Cataluña en eterno viaje, o viraje, y un país con tantas velocidades como aspiraciones autonómicas colecciona.
Dicen que el español se conformará cuando muera. Es posible, o como repetía el torero de principios del XX José González Potele, «el español derrota del lado opuesto al que pretende». Como la impronta importa, seguiremos viendo a políticos diletantes y dilatados flejar para que no se les acabe el chiringuito y el sueldito. Y nuestro compatriota medio, sentado ante la tele, entre tronistas y tronados, seguirá diciendo que sí a todo. Porque, como escribió el libertador bereber Yasine Abdellaoui, «ama a tu país y alberga la esperanza».
PD: Este texto no quiere decir absolutamente nada. Cuatro palabras de las que aparecen son inventadas (búsquenlas), todas las citas son falsas (y no significan más que conceptos vacíos, contradictorios o sin sentido) y los personajes a los que se les atribuyen son inventados. De hecho, todos tienen nombres de jugadores del Rayo Vallecano. El contenido, ya les digo, no quiere decir una mierda, pero alberga vagos tics de temas que nos interesan, que nos indignan, que nos revuelven. Es fácil engañar sobre cuestiones que nos tocan la fibra. Si antes de llegar a este párrafo se estaba creyendo algo o le estaba pareciendo mínimamente brillante, enhorabuena, vivirá admirando a tantos y tantos columnistas que citan sin sentido y retuercen el lenguaje para epatarles. Un consejo: lean críticamente. No se dejen.
PD 2: Comparte esta columna en redes sociales a ver cuántos de tus amigos (o lo que sean) pican.

P.3: En honor a Mai.

martes, 3 de febrero de 2015

Cuestión de elección.

Tras ese tiempo de paréntesis, resultó ser que mi afán porque esto funcionase y por mantenerlo vivo fue lo que me había estado consumiendo; y que a pesar de saber que no funcionaría, la insistencia no había hecho más que minarme. A pesar de todo, este tiempo separados es lo que me ha hecho libre.
Acepté esta aventura sabiendo que no era la prioridad, pensando en que todo sería más fácil y más cómodo. Pero eso es lo que me ha mantenido presa, pues desde que acepté eso dejé de ser yo para convertirme en actriz de esta farsa.
Para querer hay que quererse, y tengo que dejar de quererte a ti.
Al final, resulta que ser feliz es una elección.

domingo, 6 de abril de 2014

La perspectiva.

Hay que tener perspectiva de la cosas y ver que nada está perdido, y que hay cosas que llegado el momento es mejor dejar que se pierdan. 

Es como cuando estás acostumbrada a que el sol salga por el Mediterráneo; pero un día te das cuenta de que el sol cuando se pone por el oeste, sigue haciéndolo por el mismo mar y no pasa nada, puede ser más bonito todavía.


Todo depende de cómo se mire, el cómo solo depende de ti. Depende también de darte cuenta de lo que pasa, aunque tengas que poner miles de kilómetros y un mar de por medio.

Lo de ahora: la despedida.

¿Cómo iba yo a saber que esto iba a acabar así? Bueno vale, sí, sabía que esto acabaría así, ¿para qué te voy a engañar?
El duelo al fin y al cabo es un camino y, como tal, hay que pasar por todas sus fases para llegar al final. Pues algo así ha pasado aquí. Tras pasar por la negación, la ira, la negociación y el dolor, ahora ha llegado el momento de la aceptación.

Como ya dije, los desastres pasan porque nos acomodamos y aunque los vemos venir no hacemos nada por evitarlo. Las catástrofes vienen así, relajándonos, dejando que pasen y aun viéndolas venir no ponemos remedio a tiempo.
Viene bien que pasen estas cosas porque es cuando bajas la guardia y bajas la barrera, que el torbellino entra y lo destroza todo. Luego, cuando has conseguido recomponer y pegar hasta el último cristal de tu casa, vuelves a bajar esa barrera y vuelta a empezar. Así que ahora sabemos que las barreras no hay que bajarlas, porque si el aire choca contra ella, como mucho puede desgastar un poco la pintura del exterior, pero nada más. Hasta ahora era lo que mejor funcionaba. 
Respondiendo a la pregunta que me había hecho al principio, ¿cómo podía saber que un grupo al que había conocido por casualidad tuviera una canción tan apropiada?  Una canción que ha pegado los cristales ella sola y ha vuelto a subir esas barreras, las cuales yo bajé mientras desoía lo que me decían, para que durante mucho tiempo no vuelva a entrar el aire.

La vida es una continua despedida, solo así podemos saludar a lo que vendrá.

viernes, 8 de marzo de 2013

ME CANSÉ DE PELEARME CON LAS ACERAS.


Hace ya tanto que no se lo más mínimo de ti
que ni espero señales, ni apenas puedo sufrir
por todas las veces que lloré hasta no poder ver
más que las noches que tal vez perdí sobre tu piel.
Está bien, fui feliz pero me enamoré profundamente
de alguien que no era quien pensaba,
porque las ganas locas de verte
no imaginaban la locura de una frialdad tan desmesurada.
No tuve más remedio que irme, aún así,
no volviste ni siquiera para hacer más digno el fin.
Es triste que trates mejor a un desconocido que a mi,
cuando ni te salude me dará la razón lo que contigo viví.
Casi mil días juntos para esta mierda irrisoria,
de saberlo nunca hubieras sido mi novia.
Y aunque pienses “me odia” no llego a ese extremo,
me odio a mi mismo por haberte echado tanto de menos.
Ya no temo no saber jamás porque no diste explicaciones,
te acordarás de mi cuando el autoengaño te abandone,
pues no se puede huir siempre de la conciencia sucia,
si queda algo de justicia un día has de añorar mi presencia
Hasta que al menos vomites el perdón que ya ni necesito,
pero que es exigido por aquellos días tan bonitos.
Floté contigo, sabía que no eras la definitiva
pero ni en la peor pesadilla imaginé semejante despedida.
Podrías haberme contestado un sólo mensaje,
pero tu egoísmo crónico ni con un mínimo estilo supo alejarse.
No entender tu reacción me desquició pero tranquila,
me hará olvidar hasta tu nombre la que sea la mujer de mi vida.
Porque no mereces un segundo más de mis latidos cerebrales,
no te querrá como yo ninguno de los tipos con los que sales.
Eso lo sabes, sin embargo yo encontraré a alguna
que vaya muchísimo más allá de tus putos besos de Judas.
Yo soy un ingenuo pero tú una desalmada,
y de repente varios milenios juntos saben a nada.
Vete con un moderno, mi poesía te queda grande,
aún así no entiendo, como tanto has podido congelarte.
Tratarás mejor a otro que se vuelque mucho menos
pero así es la vida, y yo ya no quiero morir si no te veo.
Porque te veo como otra tía vacía, un día pensé
que no eras así, y por no saber a donde ir, me puse a tu merced.
Caminaba ilusionado hacia tu casa cuando la noche empezaba,
escapando de los fantasmas de mi almohada.
Me viste llorar de felicidad, nos exploramos,
pero al acariciarme notaba inseguridad en tus manos.
Hace muchas pesadillas que ya no eres mi sueño.
Sabías que entenderme no era fácil pero ni siquiera
te esforzaste de veras en hacerlo
demasiadas veces fuiste hielo
pero me enamoré de las pocas que fuiste una preciosa hoguera.
Intento pensar que no tiré tanto el tiempo,
al menos a tu lado dejé de drogarme el día entero.
Despierto empapado, he soñado que amarte
había tenido sentido, que no me sentía solo contigo delante.
Siempre me olí tu traición pero preferí cegarme,
aunque sólo fuera pa no pillar coca al caer la tarde.
Me llamabas y tu voz era el opio que necesitaba,
sabía que me fallaría pero mientras era algo de calma.
Fuí como un niño al que van a gasear
pero le dicen que sólo así podrá conquistar la libertad.
Y al final tantas noches para qué?
Si te has ganado a pulso que este iluso no te vuelva a ver.
E imagino que mucho no te importará
si ahora con el te sientes casi inmortal.
O quizá un día llores desconsolada por haberme tratado así,
necesites mis palabras ante la emboscada del silencio más hostil.

Pablo Hasel.

martes, 27 de marzo de 2012

Soy Fan...

Creo que la vida es mejor cuanto estamos juntos y que nacemos para estarlo, y así es como quiero vivir la vida.
Porque la vida es un juego de equipo. Y todos nos sentimos mejor con amigos.

Así que agrega a un amigo y queda con él. Comprueba que tener 7 amigos es mejor que tener 700 contactos.
La AMISTAD NO NECESITA INVITACIÓN.
Ábrete al mundo y comparte, hasta que tu vida real tenga 9.999.999 visitas.... y Te Guste ver 2.451 veces a TUS AMIGOS en persona.

Queda con tus AMIGOS... que yo vuelvo a mi casa!

miércoles, 1 de febrero de 2012

1Q84

Puede que alguno haya visto más de una vez este título por mi Facebook o Twitter, no es más que el título de un libro... un... precioso! libro...
Éste llegó a mis manos, como las mejores cosas de la vida, por casualidad. Subía por las escaleras de la biblio de Orihuela, y estaba en la mesa de novedades, era el que más sobresalía, verde con las letras en amarillo, leí la reseña de detrás, me convenció bastante y me lo llevé junto con dos libros más que no recuerdo cuáles eran... 


Sin embargo, estuvo encima de mi escritorio casi un mes entero, pues probé a leerme los otros dos (de los cuales ninguno me gustó, eso lo recuerdo) y este lo empecé el último, como ya he dicho, casualidad.
Me costó mucho despegar (que un libro no te enganche desde la primera página no significa que no vaya a ser genial, para nada), pero cuando lo hice, tuve que renovar la fecha de devolución... (llevaba un mes abandonado!) El primer tomo es largo, pero de verdad, es el único libro que me ha hecho no querer que el desenlace llegara. 
El primer tomo incluye los libros 1 y 2 (tiene dos años) y en Navidades llegó el 3 y el último. 
Su autor es Haruki Murakami, que me costó pronunciarlo incluso después de haber leido el primer tomo. Mientras llegaba el 3 he leido varios de él, y descubrí que es un escritor cuyos protas son casi siempre adolescentes, pero las historias suelen ser tan buenas que eso no importa en absoluto... También dicen que Murakami está de moda pues es el escritor de los alternativos, porque sus personajes adolescentes son solitarios, inconprendidos, pero inteligentes, claro... ¡Modernos!
(La verdad es que está en la mesa de todas las librerías como novedades destacadas, pero no como best seller, ni siquiera, entre los 10 primeros)

Pero 1Q84 no tiene nada que ver, con el resto de sus libros... 1Q84 trata de la historia de amor más bonita jamás contada.
Los protagonistas son Tengo (el chico) y Aomame (la chica), profesor de matemáticas él, instructora de gimnasio ella. No tienen nada en común, pero todo se remonta a un momento en concreto: un dia en la escuela de primaria, Aomame era el bicho raro de la clase (porque sus padres eran testigos de Jehová y siempre andaba sola), todos se reían de ella... pero un día Tengo la defiende, y después de clase Aomame para darle las gracias, coge de la mano Tengo mientras, lo mira sin mediar palabra y al cabo de 10 segundos ella le suelta la mano y sale corriendo. Ese es el motor de toda la historia de amor entre Tengo y Aomame.

El libro se desarrolla cuando ellos ya son adultos, en el año 1984 de nuestro mundo, pero para que los dos vuelvan a reecontrarse hace falta estar en otro mundo, ella lo llama 1Q84, (Q en japones suena igual que 9, o novecientos, supongo). Sus destinos han de juntarse, y si dos personas están destinadas estar juntos, la fuerza de atracción entre los dos mueve montañas, incluso mundos. Así 1Q84, es el mundo que maravillosamente se sacude para que Tengo y Aomame puedan sentirse sin verse, quererse sin conocerse, e incluso... concebir un hijo sin tocarse. (No os asusteis es ficción, es normal!). La trama y los acontecimientos, se alargan durante tres adictivos libros, sin embargo, cuando llega el final (ya en el libro 3), la trama digamos principal, tan enmarañada aunque perfectamente calculada no es más que la forma en que 1Q84 se confabula para reecontrar a Tengo y Aomame.

Me gustaría no, me encantaría contarlo, porque ha marcado un antes y un después en mis libros preferidos. Se que los índices de audencia de este blog, son prácticamente nulos (excepto mi queridisma Mari, pero ella está ocupada con Juego de Tronos), con lo cual el riesgo de spoilers es bajísimo, no obstante, esperaré unas semanas y según el interés que despierte (jajaja)  contaré mas o menos las historia o no... Aunque seguramente si la cuento, al ser ficción, vuestras ganas de leerla se perderán y los prejuicios son mas dificiles de derribar que los edificios.


sábado, 28 de enero de 2012



Porque mientras tu cara me visite por las noches, la envidia que me invade no se irá: envidia de que el lugar donde estás disfrute todos los días de tí.

jueves, 15 de diciembre de 2011

FRIO





Hacía frío al bajar de aquel tren, pensaba que no llegaría nunca: las nevadas que habían provocado los retrasos habían cesado al fin, como si quisieran dar un respiro a los viajeros y les permitiesen benevolentes regresar a casa en unas fechas en las que apetece sobremanera reunirse con los seres queridos, seas creyente o no.

En ese momento ninguna de las capas de ropa, ni todas juntas conseguía quitarle el frío: es lo que tiene Diciembre. También podría ser por el frío que sentía al estar tanto tiempo sin tener el cariño físico de toda esa gente que por algún extraño motivo le apreciaba.

La estación tenía ese toque melancólico a la par que alegre que tienen las pequeñas estaciones de pueblo. Ladrillos colo rojo apagado y columnas color negro, con un techado metálico que pedía a gritos una reforma. Un reloj de esfera metálica marcaba con sus grandes números negros la hora a la que había llegado a su destino; y un guardia avisaba con su silbato la inminente salida del tren hacia su siguiente parada. La estación no tenía más de dos andenes: uno para los que se iban y otros para los que llegaban, y era este último en el que más gente había a pesar de que no bajaba mucha gente de ese tren.
Los viajeros que se habían apeado viajaban con mucho equipaje, al igual que ella. Algunos viajaban con animales, y recordó el desasosiego que le producían los pájaros enjaulados, quizá por eso no le gustaba tener pájaros en casa, a pesar de su agradable canto. Entre los viajeros estaba el militar, un joven rubio vestido de uniforme que le había llamado la atención ya que solo llevaba una bolsa muy grande, un petate, y que seguro sería algún tipo de héroe de guerra que regresaba a casa y le daría una gran sorpresa a su madre, o eso quería pensar. Le había mirado mucho, a veces con descaro, pero era algo innato en ella que no tenía ganas de disimular; él le devolvió la mirada, ella la bajó y se descubrió sonriendo. Cuando la gente se fue disolviendo, vio al joven que se reencontraba con algunas personas, él se volvió y le dijo algo que ella entendió como un "adiós" y ella le deseó en silencio buena suerte y le dedicó una sonrisa.

Al final tuvo que salir sola del andén. Al entrar en la estación y tras ver a un gran grupo de gente, cayó en la cuenta de que iban corriendo en su dirección, sonriendo y gritando su nombre (para sorpresa de los demás presentes allí). Siempre tan puntuales. En ese momento dio gracias al cielo por tener unos amigos como ellos y supo que probablemente en ese momento medio mundo la envidiaba por contar con esa gente que le habían hecho sentir la necesidad de quitarse alguna de las capas de ropa, y es que por algún motivo ya no tenía frío.



martes, 13 de diciembre de 2011

PUNTO Y FINAL

Muchas cosas han pasado desde la última vez que actualicé: acabé el libro que contenía el diálogo de la entrada anterior, fui a la fiesta de la UAB, he visitado el país vecino, he conocido gente interesante, he estrechado lazos, he visitado otras ciudades, conseguí acabar el cubo de Rubick, grandes amigas me han visitado a mí, he salido (bastante) de fiesta, fui al cumpleaños de un gran gran amigo,... y no me arrepiento de NADA de lo que he hecho.

Y es que he aprendido a conocerme, a saber lo que quiero y en lo que pienso, y saber qué es lo que más me conviene, aunque no siempre sea lo que en ese momento quiero; pero me he dado cuenta de una cosa, bueno, realmente la sabía desde hace tiempo: que prefiero arrepentirme de hacer algo en la vida, a arrepentirme de no haberlo hecho.

De un error se aprende y aunque yo a veces disfruto reincidiendo, prefiero quedarme con esos momentos de satisfacción aunque detrás vengan otros tantos de menos satisfacción. Lo hecho hecho está, demasiadas veces me quedé con la incertidumbre de saber qué pasaría, a veces me salen bien mis propósitos, a veces me salen bien solo momentáneamente y a veces son una catástrofe (y ésto último lo escribo con una sonrisa), pero es que si no hiciera eso, no sería yo.

Hace tiempo que me quité los zapatos para disfrutar más del terreno donde piso aunque a veces sea puntiagudo, otras tantas es como la suave arena de una playa caribeña. Hace tiempo que me quité la máscara y dejé que mucha gente viera como realmente soy, a veces un poco insensible, lo sé, pero es lo que soy y como soy.

Siempre he sido exigente, ¿por qué voy a dejar de serlo? si lo hiciera entonces no sería yo. Lo malo de ser exigente es que cuando las cosas y momentos tardan en llegar pierdes el interés.... pero claro, siempre habrán cosas que despierten tu interés y nunca te lo hagan perder, y esas son las que merecen la pena, las que te aportan esos momentos que se complementan con tu personalidad... o al menos eso me gusta pensar.
Seré exigente, pero necesito que todas las etapas e historias de mi vida que llegan a su fin tengan PUNTO-Y-FINAL.

En septiembre necesitaba irme a BCN, ahora necesito volver a mi casa... llamadme sentimental, mira tú, a veces lo soy!

sábado, 5 de noviembre de 2011

hielo y fuego

-Cada uno quiere algo diferente, ya no hay un propósito común. Todos se odian.
-Qué quieres tú.
-Vino. No hay un propósito común, todo son conjuros, traiciones y avaricia. No sé qué es lo que lo mantiene unido.
-Nuestro matrimonio.
(risas)
-Y aquí estamos sentados 17 años después manteniéndolo unido. ¿Nunca te hartas?
-A diario.
-¿Cuánto tiempo puede el odio mantener algo unido?
-17 años ... es bastante tiempo.
-Sí lo es.
-Sí lo es..... ¿Cómo era ella?
-Nunca habias preguntado por ella ni una vez, por qué ahora.
-Al principio al nombrarla incluso en privado parecía que le infundía vida de nuevo y pensé que si no hablaba de ella se desvanecería en tu mente. Cuando comprendí que eso jamás pasaría renuncíé a preguntar por despecho, no quería darte la satisfaccion de pensar que me importaba como para preguntar. Al final me quedó claro que mi despecho no significaba nada para tí, y por lo visto incluso disfrutabas con él.
-¿Por qué preguntas ahora?
-Que daño puede hacernos su fantasma a ninguno de los dos que no nos lo hayamos hecho ya 100 veces.
-¿Quieres saber la horrible verdad? Ni siquiera recuerdo su rostro, sólo sé que era lo único que he deseado de verdad, que alguien me la arrebató, y que ni todo un reino ni todo el oro del mundo me la ha devuelto.
-Sabes que sentí algo por tí.
-Lo sé.
-A pesar de todo lo que pasó, durante bastante tiempo sentí algo por tí. ¿Alguna vez fue posible para nosotros? ¿ha habido algun momento?
-No. ¿Eso te hace sentirte mejor o peor?
-Me es indiferente.


Pues eso, leed el libro.

lunes, 3 de octubre de 2011

Bicing Barcelona

Domingo 12.00 p.m, la música de Sweet Child o´mine me despierta (estaba soñando con tortugas, raro, pero cierto). La cena-bienvenida de la noche anterior en mi antiguo piso fue de lo más amena.

Una voz de lo más familiar... espera, la de mi amigo Elías... me sugiere ir a Montjuïc a ver un espectáculo aéreo, o algo así, pero a esas horas y recién levantada no me apetece NADA, así que digo que no. Pero enchufo el ordenador y me lo pienso mejor... ¿y por qué no? Al fin y al cabo no tengo (tanto) que estudiar y mejor que estar todo el día encerrada... Así que en una hora nos vemos en Plaça d´Espanya, justo en la Fira de Barcelona. Tengo que coger el R4 hasta Plaça Catalunya y luego L1 hasta Espanya, mientras tanto voy terminando el libro de la Décima Sinfonía el cual recomiendo a cualquier persona que le guste la música.

Mientras espero me entretengo con el paisaje: muchos muchos perros... ah si, que habia una feria canina a la cual no fui, chinos, muchos chinos, y turistas, muchos turistas!

Comenzamos a subir por las escaleras mecánicas, con traspiés incluido y risas por parte de las que venían por detrás... y más escaleras... y el MNAC.
Llegamos al Palau Sant Jordi, al estadio del Espanyol, y el pebetero, y me cuentan una historia acerca de la dudosa puntería que en su día, allá por el 92 lo encenció.

Usamos el teleférico?? ou yes! it´s now or never!! así que a aprovechar además con 30ºC no apetece darse la caminata, mientras subimos, hablamos con unos de california... una extraña pareja, eso sí, mientras tanto visión panorámica de Barcelona, con el TibiDabo al fondo y arriba.. oh arriba el castillo de Montjuïc, con unos jardines rollo medieval que te hacían creer que estabas en una película de Robin Hood! Me contaron la historia de que hasta no hace mucho perteneció a las fuerzas armadas y que más tarde se lo cedieron al Ayuntamiento. Nos sentamos al lado de unos cañones y vimos algo del espectáculo aéreo (el cual era el propósido del día) los aviones arañaban el cielo dejando una estela de humo sobre el mar.
Para bajar, otra vez teleférico y luego funicular hasta paral.lel, L1 y luego a Sant Antoni a dejar los bártulos.

A comer en el pans... de guarnicion ensalada? no.... bravas, que ya que nos saltamos la dieta... la saltamos al 100%.
Bicing? sisisisi que nunca lo he probado, y estoy así como 10 años sin cogerla... el año que viene me hago un carnet ssssseguro!!! la perspectiva de callejear adquiere más atractivo si se hace en bici, con un dominio de la calle y del cambio de marchas, sorteando obstáculos y peatones.... podemos ir a la Iglesia de Santa María del Mar en el Born? claro!!! un edificio que está en pie desde el siglo XIV, y ha sobrevivido a incencios y treratrèmols... por supuesto Santa Cecilia con su lira y la Mare de Dèu del Carme. Fotos y más fotos.

Has ido al Maremagnum? no.. muy mal... no puedes estar en BCN y no ir allí... el único CC abierto en Domingo.... antes de entrar.... debatimos sobre el barco que nos compraremos algún día y las banderas de los barcos, y las capitales, y consultamos en internet, que nosotros estamos en las nuevas tecnologías y somos muy intelectuales... claro que sí. Tengo que comprarme unas sabrinas y tirar las que llevo puestas porque si mi madre me viera me echa de mi casa... pero la cola para pagar es muy larga y no merece la pena, así que otro día será, cuando llegue a mi casa las tendré que tirar.

Nos sentamos en el moll pero no podemos chequear, nos rodean las gaviotas, cosa que da un poco de mal rollo. Conversaciones sobre Cuba, Cuba y más Cuba (yo soy de cuba, cuba cuba (8)).

Finalmente a ver al Barça, y a conocer gente nueva, incluyendo aplauso con el gol de no-se-quién, tomando un nestea.
Colofón? El fosters, sí, el fosters, y luego, bajada de la calle Balmes hasta Plaça Cataluña y el tren de vuelta a Cerdanyola.

Lo último, repasar como ha ido el día en el motociclismo... que grandes son los pilotos españoles!!


Para el que le interese...

http://www.youtube.com/watch?v=xW7p5fnVkKU


martes, 27 de septiembre de 2011

Renovarse o morir

Para ser ese mes donde el verano da los últimos coletazos, cual animal marino fuera de su medio, hacía mucho calor, o puede que fuera por la lluvia repentina o por el microambiente que se había formado en aquella habitación, aunque la verdad eso era lo que menos importaba.

Los años habían pasado, y aunque las circunstancias que se habían dado a lo largo de ellos siempre cambiaban y no propiciaban buenas situaciones, los sentimientos siempre habían sido los mismos.

No se puede decir a ciencia cierta cuál fue el detonante, puede que el hecho de haber comptartido varias cenas, el estar solos y que solo acompañara la música y el aire libre, pero claro, todo es relativo. El hecho de que hubiera gente fuera de la ciudad y una música que rememoraba tiempos de juventud, un ambiente que te mece en una completa irrealidad, como si ese ambiente y las personas que forman el entorno fueran necesarias durante ese periodo de tiempo para que el resto del año pueda sucederse con normalidad, como el cierre de un ciclo emocional. Renovarse o morir.

Un solo hecho o puede que todos juntos fueran lo que impulsara que en aquella habitación hiciera tanto calor, y que la figura de la mesa tuviera esa expresión tan extraña, o puede que sea que las altas temperaturas saquen de contexto o incluso empañen y maquillen las cosas para que queden mejor; o pueden hacer que nuestra alma nos mire desde el techo con cara rara (como dice la canción).

Ajenos al mundo y a modo de despedida, solo queda el recuerdo de aquella conversación fugaz que con el paso de los años jamás se volvería a repetir:
-Él me odia.
-A lo mejor es porque te lo mereces. ¿Lo hiciste por mí?
-No, lo hice por él.
-¿Lo quieres de verdad?
-Sí, pero quiero quedarme aquí.
-¿Por qué?
-Porque estás tú aquí y no hay dolor, no quiero salir a la calle y que me juzqguen y menosprecien. Aquí soy feliz y no tengo que fingir serlo.
-Ya, pero no siempre se tiene lo que se quiere.